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¿Cómo protegernos del frío?

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Esqui.com
Mar 14, 2013

¿Cómo protegernos del frío?

En esquí, al igual que en otras disciplinas relacionadas con la montaña, se utiliza siempre el denominado Sistema de Capas. Este sistema consiste en combinar las prendas de ropa de montaña necesarias para asegurar la correcta eficacia contra la pérdida de calor. No consiste en ponerse diez capas de ropa, al contrario, consiste en ponerse las mínimas (mínimo peso y volumen posible) pero que éstas a su vez nos den el suficiente nivel de confortabilidad ante cualquier inclemencia meteorológica. El funcionamiento es muy simple, cuando se tiene calor se quitan capas (quedándose siempre con al menos una, en montaña no se puede ir a pecho descubierto nunca) y cuando se tiene frío se añaden (siempre respetando la regla de la mínima ropa posible). Por lo general, este sistema de capas, ninguna más importante que otra, estará formado por (nos referimos sólo a la parte superior del cuerpo):

 

 

 

1.- La capa en contacto directo con nuestro cuerpo. Ropa interior que por lo general constará de la llamada camiseta térmica, que podrá ser de manga corta o larga o muy gruesa o poco, a elección de cada persona. Como cualidades tendrá que cumplir ser muy transpirable para mantener siempre el cuerpo seco.

 

 

2.- Una o dos capas aislantes (depende de lo friolera que sea cada persona). Tienen como función retener el calor del cuerpo y protegernos del ambiente exterior. Entre sus cualidades tendrán que incluir transpirabilidad, rápido secado, cortavientos e impermeabilidad.

 

Hay que tener en cuenta que esta capa será la que esté en contacto directo con el ambiente exterior en aquellos días no muy fríos en los que no sea necesario el uso de la capa externa. Como prendas modelo encontramos en el mercado los conocidos forros polares técnicos (o SoftShell más recientemente), de distinto grosor y/o cualidades técnicas.

 

Es importante señalar que estas prendas deben respetar la regla del menor peso y volumen posible. De las prendas anteriormente citadas podremos encontrar infinidad de modelos y diseños, y también de precios, así que afinar será crucial para conseguir la mejor relación calidad-precio.

 

La ropa destinada a proteger cabeza, manos y pies es tan importante como la ropa destinada a proteger el cuerpo.

 

Por las extremidades y sobretodo por la cabeza, se pierde mucho calor corporal si no las llevamos lo suficientemente protegidas. La cabeza debe ir protegida tanto en invierno como en verano, para evitar la pérdida de calor o para evitar una insolación. En días fríos utilizaremos un gorro, preferiblemente técnico con tecnología de transpirabilidad, secado rápido e impermeabilidad (y si puede ser cortavientos, mejor), aunque muchas veces nos valdrá con un gorro de lana o de los de tipo pasamontañas (no muy aptos para días de lluvia, se calan rápido).

 

 

Hace relativamente pocos años no se usaban los cascos de esquí más que en torneos o competiciones, pero esto fue cambiando progresivamente al subir el nivel de los esquiadores aficionados y por lo tanto la velocidad a la que esquían.

 

Existen cascos acolchados en mayor o menor medida, que permiten ajustarse o que se compran por talla. El casco protege como es evidente de cualquier caída, pero siempre y cuando sea de nuestra medida y nos proporcione una sujeción debidamente ajustada (es decir, no se mueva estando puesto, ni nos ajuste sobremanera). Esto último puede pasarse por alto, por lo que hay que tener presente que un casco (sea de lo que sea) no sirve de nada si no está ajustado correctamente. En caso de frenada brusca o caída el casco podría salir despedido de nuestra cabeza por inercia o por el propio golpe, y la protección sería cuestión de suerte...

 

Actualmente se exige que los menores usen casco en algunas estaciones de esquí, ya que el riesgo de accidentes no sólo es proporcional a la velocidad que se pueda alcanzar esquiando, sino sobre todo a la capacidad del esquiador...y evidentemente los principiantes tienen mayor probabilidad de caída.

 

Para las manos tenemos un amplio rango de elección y también se podrá aplicar en ellas el sistema de capas dependiendo de las condiciones existentes y de lo friolera que sea la persona.

 

Lo mejor será utilizar unos guantes técnicos que cumplan las cuatro tecnologías antes mencionadas (transpirabilidad, secado rápido, impermeabilidad y cortavientos). Hay que estar muy atentos a no dejar partes del cuerpo a la intemperie entre los guantes y las mangas de las capas que llevemos puestas en el cuerpo.

 

Respecto a los pies debemos saber que lo recomendable es utilizar calcetines técnicos. Las principales cualidades que deben tener son la transpirabilidad y el secado rápido. Un esquiador que en plena actividad lleve los pies mojados a buen seguro pasará un mal día. Será muy recomendable que en lo referente a diseño éstos incluyan los típicos refuerzos o protecciones en las partes más sensibles del pie. Siempre nos colocaremos los calcetines estirados, es decir, nunca dejaremos arrugas en el calcetín dentro de la bota, para evitar al máximo los roces y la aparición de ampollas.

 

 

Es muy importante la protección del cuello en días fríos, dicha protección la deberemos completar, además de con los cuellos bien ajustados de las prendas que ya llevemos, con un protege cuellos tipo los llamados bragas, que podrán ser o no técnicas.

 

Debido a que el reflejo del sol en la nieve puede dañar la vista y la piel es aconsejable usar gafas de sol o de ventisca para proteger los ojos y una crema de protección para la piel expuesta al sol y al aire. Las gafas de calidad nos protegen de los rayos ultravioleta y de las ventiscas. La reverberación de la nieve multiplica el efecto solar.

 

Las cremas de protección solar, de aplicación en cara y labios, evitan quemaduras solares e insolaciones.

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