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Es nuestra amiga inseparable y necesaria si queremos esquiar. Hablamos, claro, de la nieve. A diario consultamos el parte meteorológico para ver dónde cae en abundancia y qué estaciones de esquí la habrán recibido de forma natural en buenas cantidades. Pero, ¿qué es realmente la nieve? ¿Cómo se genera? Y sobre todo, ¿qué pasa cuándo nieva? Vamos a conocer algunas curiosidades del agua en el estado que más nos gusta a los amantes del esquí.
Si nos ceñimos a la definición que se estudia en edades tempranas en el colegio, la nieve es básicamente agua en estado sólido. Su punto de nacimiento son las nubes, desde donde cae principalmente a ciertas alturas, ya que al nivel del mar las temperaturas tienden a ascender y el estado puede pasar a líquido.
Una buena nevada, sobre todo en ciudades y pueblos donde lo hace escasos días al año, suele ser recibida con curiosidad y alegría. Especialmente entre los más pequeños, que disfrutan jugando con ella e incluso esquiando por las calles (no es broma, ¡lo vimos en la insólita nevada en la ciudad costera de Dénia, en Alicante, en enero de 2017!). También podemos bucear por internet en busca de fotos muy peculiares del desierto del Sáhara… ¡nevado! Una foto poco habitual, pero que cada vez se repiten con más frecuencia.
Combinación de frío, precipitaciones y humedad
Una pregunta básica que nos podemos hacer es: ¿Cuándo nieva? ¿A qué temperatura comienzan a caer copos de nieve? Entran varios factores en juego para explicar este fenómeno meteorológico: debe haber una comunión de aire frío, precipitaciones, humedad e inversión térmica. Ahora bien, en la justa medida y necesaria. Tendemos a pensar que la única variable es que haga mucho frío, pero no es la única; de hecho, piensa que hay ciudades que registran muchos días temperaturas bajo cero -sobre todo en el interior peninsular-, y en cambio, pueden pasar años sin ver nieve.
Obviamente, además de frío necesitamos un clima con precipitaciones. Para que nieve, necesitamos que “llueva” y al mismo tiempo estar a partir de -2 grados o -5 grados. Pero también hace falta humedad: no es infrecuente ver caer copos que después no “cuajan” en el suelo. Eso es porque la tierra, el suelo, quizás tiene una temperatura de más de 9 grados.
¿Qué estaciones de esquí tienen más nieve?
Y acabamos con el tema que más nos interesa: las estaciones de esquí de la Península donde más nieva. Aunque siempre depende de las condiciones meteorológicas de cada temporada, por norma general estas son las que más manto blanco tienen de forma natural: Baqueira-Beret, con un espesor 2,55 metros de espesor de nieve polvo; Sierra Nevada, con entre 30 centímetros y 2,20 metros de grosor asegurados; Formigal con grosores máximos de hasta 1,30 metros de nieve húmeda; Masella con capas de nieve polvo de hasta 1,45 metros; La Molina, con hasta un metro de nieve dura; Cerler puede llegar a ofrecer 1,30 metros de nieve polvo; Astún, 1,60 metros de nieve húmeda; Port del Comte, 1,20 metros de nieve polvo; Candanchú, 1,60 metros de nieve; o Port Ainé, con hasta 1,60 metros de nieve polvo. Por supuesto, las estaciones de esquí de Andorra son siempre una apuesta segura por nieve natural abundante y de calidad.
Antes de acudir a cada estación de esquí, recomendamos informarse sobre el estado de las pistas para ver si están todas abiertas y saber qué nos encontraremos. La información será igualmente útil si vamos a acercarnos en coche, para conocer el estado de las carreteras. Ya sabes cuándo nieva y en qué estaciones de esquí se concentra la nieve. ¡Solo te falta elegir destino y disfrutar!
