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El esquí de montaña o Skimo no es una modalidad cualquiera (aquí te explicamos las distintas modalidades de esquí que existen). Si es la primera vez que te calzas unos esquís o aún no sabes cómo colocarte las botas, descarta esta opción y primero acude a una estación de esquí con sus pistas señalizadas. Aquí daremos algunos consejos para vivir aventuras en la nieve más salvaje con seguridad.
Conoce el entorno
Buena parte de los accidentes o situaciones de tensión que podemos experimentar en el esquí de montaña son evitables. En primer lugar tenemos que conocer bien el entorno: desde el estado de la nieve y hielo, hasta la roca, los contrastes térmicos o las horas de luz. En este sentido, para practicar Skimo es preferible ser un esquiador de nivel medio y un experto montañero o alpinista, antes que un esquiador en pistas fenomenal que desconoce las condiciones de la montaña.
Un fallo habitual es no consultar el estado del itinerario y las condiciones meteorológicas, además de ir en solitario o no llevar el móvil con batería suficiente. Es importante, por tanto, recibir previamente cursos de la mano de expertos sobre montaña invernal, además de técnicas de seguridad y progresión con y sin esquís.
Todo esto implica también mantener una disciplina con los horarios y ser realista respecto a que la dificultad del recorrido se adapte a nuestro nivel. En los itinerarios siempre hay que calcular el tiempo al alza (en la montaña, más vale que nos sobre tiempo, a que nos falte); la dificultad debe adaptarse siempre en base al que tenga menos nivel dentro del grupo, nunca al más veterano por mucho que prometa “velar” por el resto.
¡Aprende la técnica de ascenso!
En las pistas, el ascenso no existe: los remontes nos llevan hasta donde queremos para iniciar los descensos. Pero en la montaña salvaje no existen telecabinas. Es importante aprender técnicas de ascenso, como la “vuelta María” que con un golpe de talón nos permite girar rápido el esquí, además de otras variantes en función de la pendiente a la que nos enfrentemos, posición de los bastones, etc.
Llevar el equipo necesario y en buenas condiciones
El equipo que llevamos en pistas y para hacer esquí de montaña es diferente. Para este último, es imprescindible llevar arva, pala y sonda, y además -¡importante!-, saber utilizar estas herramientas (aquí te lo explicamos al detalle). Pero no solo esto: también es esencial comprobar el estado del equipo, tener las tablas con un correcto afilado de los cantos, llevar cintas de velcro o similares para inmovilizar las espátulas de las tablas, cuchillas, crampones que se adapten bien a las botas, herramienta multiusos para pequeñas reparaciones.
Si la aventura va a durar varios días, es importante llevar de repuesto bastón para cada tres personas, un juego de pieles y una cuerda dinámica de 30 metros. Además, es necesario llevar casco, especialmente en bosque cerrado: las ramas de los árboles pueden estar sobrecargadas de nieve y caer sobre nuestras cabezas, llegando a consecuencias fatales (más si sopla el viento con fuerza).
Selecciona bien la comida (¡y bebe!)
En una parada a media mañana nos puede apetecer algo de chorizo o jamón, pero no es lo más adecuado para practicar Skimo. Debemos ingerir hidratos de carbono de asimilación rápida, como es el caso de los frutos secos, así como carne de membrillo y/o algo de fruta. Cuidado con los bajones de azúcar, los síntomas habituales son la falta de fuerza en las pierdas y la somnolencia. Si la escapada dura varios días, deberíamos complementar estos alimentos con hidratos de carbono de asimilación lenta como la pasta o el arroz (además de grasas, sales y proteínas). Importante: olvidaos de empezar la actividad sin desayunar, por mucho que el cuerpo no os pida nada recién levantados, y acordaos de beber como si estuvierais a 40 grados, aunque apetezca menos.
