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Diez consejos para evitar una avalancha

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Esqui.com

Diez consejos para evitar una avalancha

Se ha escrito mucho sobre las terribles avalanchas que, año tras año, se siguen cobrando vidas en la montaña. Por eso, nunca está de más recordar algunos consejos para tenerlos bien presentes antes de lanzarnos a lo salvaje.

Son un peligro especialmente para aquellos que practican skimo y que van más allá de las pistas de esquí. Aquí os dejamos unas cuantas recomendaciones para evitar el riesgo de sufrir una avalancha.

 

 


 

1.  Esquía de uno en uno y que alguno de los miembros del grupo se quede en un lugar seguro. Se trata de algo difícil de cumplir porque a todos nos gusta divertirnos sobre los esquís juntos, con todos los amigos; pero debemos evitar esa tentación de andar en línea. Si alguno se queda observando, puede vigilar una posible avalancha y activar los mecanismos ante un eventual rescate.

2.  No te cruces por encima del resto. Si lo haces, es posible que ocasiones un deslizamiento en la nieve que acabe sepultando a los compañeros que están esquiando por debajo.

3. Ten un ‘plan B’ de escape y esquía rápido. Es importante tener localizado un lugar seguro al que acudir. Además, deberás dirigirte a él lo más rápido posible para ser ‘escupido’ por la fractura; si esquías despacio, hay más probabilidades de quedar sepultado.

4.  Esquía por la parte superior de una avalancha. En la medida de lo posible, cuando pases por una zona con riesgo de aludes, deberíamos esquiar por la zona más alta para permanecer ahí y después descender a modo de tobogán. Si estamos arriba, hay más probabilidades de mantenernos sobre la superficie.

5. Nunca vayas el primero. Nos encanta abrir huella en la nieve y pasar por donde no ha ido nadie todavía, pero hay que evitarlo a toda costa. Si no queda más remedio (a fin de cuentas, alguien siempre tiene que ser el primero, ¿verdad?), deberías comprobar antes la estabilidad del terreno y de la pendiente: tira un trozo de cornisa, por ejemplo, para probar (por supuesto, mira antes que no haya nadie debajo).

6.  Poco a poco: empieza por una pendiente pequeña. En la línea con lo anterior, antes de buscar un gran objetivo debemos probar en pequeñas pendientes para analizar el estado de la nieve y cómo reacciona esta a nuestro paso.

7.  Sigue tu instinto. En la montaña, el instinto puede llegar a salvar muchas vidas. Si tienes miedo, piensa que es un resorte natural de autoprotección de los seres vivos: quizás es mejor darse la vuelta o buscar otro objetivo. Así que si no paran de pasar por tu cabeza preguntas del estilo “¿qué pasará si se rompe?”, lo mejor será tirar por otro camino. Puede marcar la diferencia entre un gran día o el peor día de tu vida.

8.  Comunícate con tus compañeros. Suena obvio, pero hay que hacerlo constantemente en la montaña. Cuando vais en grupo, cada persona puede pensar diferente o tener miedos distintos. Es importante saber qué pasa por la cabeza de todos y valorar si todos estáis preparados para abordar los retos.

9.  Para y piensa. Como en las grandes decisiones de la vida -en alta montaña, un descenso es una gran decisión porque puede marcarte para siempre-, antes de tomar un camino hay que pararse a analizar la situación y pensar. Aquí es importante también lo de hablar con todos los miembros de la expedición, saber qué piensan y qué les preocupa, y nunca lanzarse a un camino que no nos hace sentir seguros. Comentad las alternativas y aprovechad para recuperar el aliento, hacer una breve pausa, beber y tomar algo.

11.Lleva el equipo adecuado. No debe faltar en vuestro equipo el kit de ARVA, pala y sonda. Y más importante aún es saber utilizarlo.