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Hay deportes que, cuando empezamos a practicarlos, podemos tirar de armario y reutilizar prendas que tenemos antes de comprar material más específico (y caro). Es el caso, por ejemplo, del senderismo: cualquier chándal o incluso unos vaqueros cómodos nos pueden salvar una jornada ligera. Otros, en cambio, requieren una inversión importante al principio porque exigen un material muy concreto. Es el caso del esquí.
Como la práctica del esquí ya requiere desplazamientos y compras de forfaits, muchos optan por alquilar el material (esquís, casco, botas), sobre todo cuando están empezando. Si crees que ha llegado el momento de comprar tu propio equipo pero lo ves inaccesible económicamente, puedes optar por elegir esquís de segunda mano. A menudo se encuentran gangas interesantes de gente que los compró por capricho y pronto dejó de utilizarlos. Aquí te damos unos consejos para saber escogerlos.
Hay una gran diferencia cuando compramos esquís de segunda mano: ¿Compramos a distancia, mirando fotos, y nos los mandarán por paquetería o quedaremos con el propietario para verlos? La primera opción siempre es más arriesgada y suele generar más desconfianza porque no tenemos la oportunidad de tocarlos y analizarlos detenidamente. En esos casos, la manera de solucionarlo es pedir cuantas fotos, vídeos y medidas como necesitemos… no te cortes.
La segunda opción nos permitirá ver en persona todos los detalles en los que nos fijaríamos también si compráramos esquís es una tienda: el tamaño (es importante, pues depende de tu altura), el tipo de arqueo que tienen, las fijaciones… además del estado en el que están, obviamente. Comprueba si tienen golpes, y de qué gravedad, además de rasguños, etc.
¿Dónde nos fijaremos? En la parte inferior del esquí, cuanto más lisa veamos la superficie, significará que tendrá mayor poder de deslizamiento. Si apreciamos surcos o rayaduras, seguramente nos tocará encerarlos. Además, mira bien los cantos y las fijaciones (para ello lo mejor es llevar una bota de esquí para asegurarte de su encaje).
Tómate tu tiempo. No te preocupes, si el propietario es un amante del esquí, entenderá a la perfección que te tomes tu tiempo analizando los esquís… ¡serán tus nuevos compañeros de aventuras!
Como decimos, al margen de si compramos esquís nuevos o de segunda mano, no son todos iguales. Decidiremos hacernos con unos o con otros en función de nuestro nivel de esquí y de nuestra complexión física.
Así, para practicar esquí en pistas lo ideal es elegir unos esquís cortos, estrechos, flexibles y estables. De esta manera tendrás un mayor control de la velocidad y de la trayectoria. Si por el contrario vas a hacer más fuera pista (freeride), opta por tablas anchas. También hay esquís polivalentes que se adaptan a ambos escenarios.
En función de tu peso y altura, debes tener en cuenta que lo habitual es que unos esquís tengan una longitud de entre 10 y 15 centímetros inferior a tu altura (excepto en el caso de los esquís para freeride, que pueden superarla). Si eres principiante, mejor más cortos (entre 14-18 centímetros menos); y si ya tienes un nivel intermedio, algo más largos (entre 12-14 centímetros menos que tu altura). Los expertos tienden a usar esquís entre 10-12 centímetros más cortos que su altura.
El peso también es importante. Así, lo ideal es que las personas con menos de 50 kilos usen esquís de 1,40 metros; las de 50-60 kilos, de 1,50 metros; las de 60-70 kilos, esquís de 1,55 metros; y las que pesan más de 90 kilos, de 1,70 metros.
Siempre es una buena opción acercarse a clubes de montaña y esquí, si conoces alguno, y preguntar si se vende material. Otras opciones muy recurrentes es tirar de plataformas online como Vibbo, Milanuncios o Wallapop, así como tiendas físicas de productos de segunda mano como Cash Converters.
