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Piscinas naturales y pozas más espectaculares de los Pirineos

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Piscinas naturales y pozas más espectaculares de los Pirineos

Los Pirineos necesitan poco marketing para venderse. Esta cordillera de 80 kilómetros de anchura, ocupa 19.000 kilómetros cuadrados de superficie en los que hay pueblos con mucho encanto, picos majestuosos, rutas inolvidables y, en definitiva, auténticas maravillas de la naturaleza. Y una de las joyas que más nos seducen siempre son aquellas con presencia de agua: los lagos, los ríos, las pozas. Podríamos quedarnos horas simplemente contemplando el trascurrir de un riachuelo o el chapoteo de una cascada.

En este artículo hemos preparado una lista con las piscinas naturales de los Pirineos más espectaculares para visitar. En verano, en días de mucho calor, los más valientes podrán pegarse un chapuzón en ellas (que la temperatura ambiente no os lleve a engaño, porque estas pozas a elevada altura siempre están frías); en invierno, en un entorno nevado, adquieren un aire mágico, de postal, e incluso podríamos verlas heladas.

 

Las mejores pozas naturales del Pirineo Aragonés

 

El barranco de Ascaso

Un lugar de fácil acceso y de esos que parecen auténticos balnearios en medio de la naturaleza. Se trata de una cadena de hasta 20 piscinas naturales de aguas cristalinas esculpidas en la piedra en las que difícilmente resistiremos la tentación de bañarnos cuando aprieta el calor. Está a unos 20 minutos en coche del pueblo de Aínsa –otra joya que vale la pena visitar- y, desde el punto más cercano del que se puede aparcar, se camina un kilómetro y medio en total (entre ida y vuelta), una ruta sencilla que se puede hacer en familia. Descubrirás rincones de lo más especiales en los que te sorprenderá el contraste de aguas claras con la roca caliza y el verde que envuelve las montañas de alrededor.

 

 

Cascada de Orós Bajo

Una de esas pozas naturales de Pirineos que te harán sentir como si estuvieras en un cuento. Se trata de un salto de agua impresionante donde contrasta el blanco con el gris-ocre del barranco de piedra agrietada, una formación geológica muy conocida en el País Vasco y que se llama “flysch”. Todo desemboca en una gran piscina en la que podremos refrescarnos con el sonido de la cascada. Hay que decir que aquí el agua suele estar un poquito menos fría que en otras pozas naturales del Pirineo… ¡así que hay que aprovecharlo! Para llegar, saldremos de Orós Bajo, siguiendo un camino que va en paralelo al barranco D’os Lucas y que tiene 1,2 kilómetros de distancia. Es sencilla, apta para toda la familia. Recomendamos llevar calzado que se pueda mojar, porque a veces hay que cruzar el cauce del río.

 

Las piscinas naturales del río Bellós y el Cañón de Añisclo

Se trata de una amplia zona de baño con muchas pozas cerca de Puyarruego, con el aliciente de que se puede aparcar el coche justo al lado. Eso tiene su punto positivo, pero también negativo: en verano suele haber bastante gente. Ahora bien, solo contemplar el entorno, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Hay pequeños saltos, pozas de aguas cristalinas, una presa que forma una pequeña cascada (y donde va casi todo el mundo a bañarse)… también hay muchos sitios en los que puedes tirar la toalla y tomar el sol un rato.

 

El Salto de Alcanadre, en Bierge

Se trata de una de las pozas naturales de Pirineos más populares, gracias a sus aguas cristalinas y su entorno privilegiado. El lugar llegó a ser muy conocido por los saltos que hacía la gente desde la presa del Salto, algo que en la actualidad está prohibido. Debido a las masificaciones que se han producido, hoy es una zona de baño controlada en la que hay que pagar (no es caro), para ayudar a la conservación del espacio. Está en pleno Parque Natural de Sierra y Cañones de Guara.

 

Las mejores pozas naturales del Pirineo Catalán

 

La “playa” de Setcases

En este pueblo que está muy cerca de la frontera con Francia, en la comarca del Ripollès y a pocos kilómetros de Camprodon, tienen su propia “platgeta” (“playita”, en castellano). Llaman así a un entorno que se ha habilitado alrededor del paso del río Ter por el municipio para pegarse un baño. Está cerca del nacimiento del río, así que las aguas bajan bastante frías: no suelen superar los 15 grados. Además, tenemos que añadir que el pueblo está a 1.270 metros de altitud. ¡Un baño aquí da la vida! Lo bueno es que rápidamente podremos ponernos al sol en un idílico rincón decorado con guijarros y cantos rodados sobre los que relajarnos. Hay muchas rutas alrededor del río para dar un paseo.

 

Salt del Grill, en Queralbs

Hay que hacer una ruta sencilla de unos 3 kilómetros desde la Central Eléctrica de Daio de Baix, siguiendo las marcas de Coma de Vaca (es un refugio) y Salt del Grill, junto al río Freser. En unos 20 minutos llegaremos a este precioso rincón en el que podremos darnos un chapuzón en una pequeña poza. El entorno es idílico, aunque solo apto para los más valientes, ya que el agua suele estar muy fría. También podéis refrescaros en otras partes del río, más cercanas a la central donde podemos dejar el coche.

 

El Gorg Blau, de Sant Aniol d’Aguja

En el municipio de Montagut i Oix, en Girona, está un enclave que suele estar muy frecuentado por escaladores y barranquistas. También es ideal para senderistas que quieren dar un paseo en el que poder refrescarse, siguiendo el cauce de la Riera de Sant Aniol. Se puede aparcar en Sadernes (hay aparcamiento público) y seguir las señales de la red Itinerannia hasta la presa del Gomarell; después se sigue por la conocida ermita de Sant Aniol, hasta acabar en el Gorg Blau y Salto del Brull, pozas naturales de Pirineos en las que podremos darnos un chapuzón. El recorrido son 15 kilómetros, entre 3 y 5 horas, apto para todos los públicos, pero que estén acostumbrados a caminar. Hay que tener en cuenta que en verano suele haber bastante gente.

 

Ruta de los 7 Gorgs de Campdevànol

En realidad está en el Prepirineo, pero vale la pena destacarla por la gran cantidad de piscinas naturales que se pueden disfrutar: hasta siete cascadas con sus respectivas pozas de agua. Todas ellas son diferentes, pero están en paisajes bucólicos y con mucha vegetación. Podemos verlas todas a través de una ruta circular de 10 kilómetros sin dificultad. En verano suele haber bastante gente y en invierno, aunque no nos podremos bañar, podremos apreciar el espectáculo de ver formaciones de hielo en los saltos de agua. Para pasar un día con la familia o con los amigos.

 

Piscinas naturales en Pirineos… en las alturas

Además de estas piscinas naturales, en Pirineos tenemos la opción de pegarnos un baño privilegiado en los lagos que se hacen en alta montaña: los llamados ibones. Difícilmente te habrás pegado un chapuzón en un entorno tan espectacular… pero ten en cuenta que estos remansos de agua son de origen glaciar, por lo que está especialmente fría.

Por no hablar de los innumerables ríos que podemos encontrarnos en las rutas de senderismo y montaña por los Pirineos y que habitualmente, en algún momento de su curso, forman una poza en la que podremos refrescarnos o, simplemente, mojarnos los pies.

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