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Pueblos del Pirineo Aragonés que ver en verano

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Pueblos del Pirineo Aragonés que ver en verano

Cada vez son más las personas que deciden pasar sus vacaciones de verano en un lugar alejado de las masificaciones típicas de los destinos de “sol y playa”. ¿Te apetece descubrir pueblos con mucho encanto, alejados del mundanal ruido, y explorar rincones de esos que se te quedan en la memoria para siempre? Hay muchos pueblos en el Pirineo Aragonés en los que perderte en época estival, unos más conocidos que otros.

Lo mejor de ir en verano a estos pueblos del Pirineo Aragonés es que no hay demasiada gente –en los más populares hay más, claro está- y que no hace el tórrido calor de otras zonas. Durante el día es muy probable que sudemos, sí, y más si hacemos alguna ruta por la montaña; pero normalmente, las noches son suaves y agradables. Tanto, que seguramente tendremos que ponernos una chaquetita, algo que se agradece mucho en esta época del año. Estos son los destinos que te recomendamos para hacer una escapada diferente, tranquila y en un entorno espectacular.

 

 

 

Benasque

Es un pueblo del Pirineo Aragonés clásico del turismo de montaña, tanto en invierno –por su cercanía a las pistas de esquí de Cerler- como en verano, por su proximidad a grandes colosos de la zona como el pico Aneto o el Posets. Y eso se ve en sus animadas calles todo el año y también en sus establecimientos, con muchos dedicados a ropa y material de montaña.

No es solo un destino para alpinistas. Su gran belleza, con un casco histórico medieval bien conservado con estrechas callejuelas, y su entorno natural inigualable, en la cuenca del río Ésera y con rutas asequibles para todos los públicos, hacen que sea también un lugar ideal para familias en verano. No dejes de visitar la Iglesia de Santa María, el Palacio de los Condes de Ribagorza o el Torreón de Casa Juste.

 

Torla

Si por algo es conocido Torla, es por ser uno de los pueblos del Pirineo Aragonés míticos para lanzarse al ascenso del mítico Monte Perdido. Desde aquí salen los autobuses hacia la zona de inicio clásica. Por eso, hay mucho ambiente montañero, especialmente en verano.

También es un lugar muy frecuentado por las familias que van a hacer la conocida ruta a la Cola de Caballo, camino que coincide con la ascensión a la mencionada cima del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que camina junto al río, con algunos accesos para refrescarnos en los días más calurosos. Otra muy conocida es la Ruta del Centenario.

En la villa, que está a 1.030 metros de altitud, vale la pena visitar la iglesia de San Salvador, pasear por la Plaza de Aragón en la que se concentra el barullo del pueblo o conocer un poco mejor la vida de la zona en el Museo Etnológico de Torla.

 

Lanuza

En medio del Valle del Tena, en el Pirineo Aragonés, nos toparemos con un pequeño pueblo de apenas 43 habitantes y con una historia peculiar: se expropió para la construcción de un embalse, de forma que en 1978 quedó completamente vacío. Sin embargo, sus calles no quedaron anegadas por las aguas del pantano, como se había previsto inicialmente, por lo que algunos vecinos decidieron volver a su pueblo de siempre.

Hoy es especialmente conocido por su Festival Pirineos Sur, que mezcla música y cultura con conciertos, talleres, mercados y pasacalles en medio de un paraje de alta montaña. El escenario se ubica en una plataforma flotante sobre el embalse de Lanuza que amenazó en su día al pueblo.

Hay que decir que Lanuza es uno de los pueblos del Pirineo Aragonés que más turistas recibe en verano. Y es que, además de su festival internacional, nos propone actividades diversas como practicar piragüismo o hacer la sencilla excursión de la Cascada Natural de O Saldo de Escarrilla.

 

Tramacastilla de Tena

Nos vamos a uno de los pueblos del Pirineo Aragonés que no es demasiado conocido, pero que tiene mucho encanto. Con apenas 200 habitantes, Tramacastilla de Tena está a 1.224 metros de altitud en una ladera soleada y escondida entre pinares, robledales y prados. Entre sus atractivos figuran, además de pasear por sus calles, hacer excursiones por el Bosque del Betato o ir a Punta Cochata, así como asomarte al mirador de Santa Marina, que nos brinda una completa panorámica del Valle de Tena y de la Sierra de La Partacua.

Pero sin duda, lo que destaca es el tren de alta montaña de Tramacastilla, también conocido como Tren El Sarrio, que sale de este pequeño pueblo y hace una excursión diferente al ibón de Las Paules. ¿Y qué sería de una visita al Pirineo Aragonés sin probar su contundente gastronomía? Aquí es interesante probar las migas al estilo montañés.

 

Hecho

El Valle de Hecho es otro de los destinos que deben estar en tu escapada al Pirineo Aragonés. Aquí destaca Hecho, un pueblo que es considerado como de los más bonitos de la zona. Destaca por su belleza arquitectónica y por sus museos: visita el Museo de Escultura Moderna al aire libre y el Museo Etnológico, que da muchas pistas sobre la vida antes y ahora en este paraíso natural y que, además, está en una vivienda típica chesa como es Casa Mazo.

Por supuesto, es un lugar ideal para salir a hacer rutas de senderismo por los alrededores, como la circular desde Hecho a la punta de La Cuesta, la vuelta a Puyals o la circular por el Aragón Subordán.

 

Tella

Un pueblo del Pirineo Aragonés muy curioso es Tella, que está aislada entre barrancos y montañas a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En él se esconden tres ermitas, que están consideradas como de las más antiguas del románico de Aragón; podemos recorrerlas todas en su sencillo y agradable paseo por montaña de alrededor de hora y media.

Hay otros puntos de interés como el dolmen de Tella, originario del Neolítico, y la Cueva del Oso Cavernario, donde se dice que vivieron estos animales en la época prehistórica. Y si una cosa nos atrae de esta peculiar aldea es la leyenda de las brujas que le sobrevuela. Y es que aquí está el Puntón de las Brujas, punto conocido por estar muy ligado a la brujería, la magia y los aquelarres. Podrás conocer mejor sus historias y leyendas en el Museo de la Bruja Tella.

 

Montañana

Acabamos la lista que vale la pena visitar en verano con esta villa tan especial que está más en el pre-Pirineo. Montañana tiene más de mil años de historia y nos hará viajar a un pueblo típicamente medieval, con calles empedradas, tres iglesias románicas, dos castillos y un puente de la época de doble arcada y que se ha convertido en su símbolo.

A las familias y amigos que vais buscando un pueblo con encanto y con lugar para bañaros, os gustará Montañana porque, en dirección a Peñaflor, está el paraje con piscina natural de Peña del Cuervo. Está a orillas del río Gállego y ofrece aguas muy claras y paradisíacas para darse un chapuzón en verano. Un paraje que encantará a los peques y con cantos rodados en los que podemos dejar las toallas y tomar el sol.

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