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10 imprescindibles si visitas Andorra

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Esqui.com

10 imprescindibles si visitas Andorra

Andorra es uno de nuestros destinos favoritos para ir a esquiar en invierno por varios motivos: está relativamente cerca, cambias de país en pocas horas en coche, está enclavado en medio de las montañas de los Pirineos, cuenta con alguna de las mejores estaciones de esquí como es el caso de Grandvalira, tiene un gran ambiente montañero e internacional, cuenta con una gran oferta de cosas para hacer en el après-ski…

En tu viaje a la nieve a Andorra, tendrás tres estaciones de esquí: la espectacular Grandvalira, una mítica andorrana con 210 kilómetros esquiables y el único snowpark nocturno que hay en los Pirineos; Ordino Arcalís, de tamaño más reducido ideal para evitar colas y esquiar con mayor tranquilidad; y Pal Arinsal, con 63 kilómetros y 44 pistas en dos sectores muy bien diferenciados, para debutantes y público familiar, y para veteranos del esquí, respectivamente.

Las propuestas son para todos los públicos, tanto si buscas una estación de esquí con mucha afluencia y “ambientillo”, como si prefieres un entorno más tranquilo y familiar. Y ya que te desplazas hasta Andorra para enfundarte las botas y ponerte los esquís, ¿qué otras cosas puedes hacer en este pequeño país para aprovechar al máximo tu escapada? Toma nota, porque te hemos preparado una lista con los “diez imprescindibles de Andorra”.

 


 

Top 10 de cosas que no debes perderte en Andorra


1. Contemplar las vistas de sus espectaculares miradores.

Hay diferentes puntos de observación de las montañas de dos mil y tres mil metros de altitud que conforman la cordillera de los Pirineos. Dos de ellos que recomendamos especialmente por su peculiaridad son el mirador de Roc del Quer y el mirador de Tristania. El primero tiene una alucinante pasarela de 20 metros de cristal transparente, donde los últimos doce están suspendidos en el aire dando una sensación de como si estuvieras volando; el segundo, está a 2.701 metros de altitud, tiene una preciosa panorámica de las cumbres pirenaicas y, además, cuenta con una plataforma esférica en suspensión que funciona como reloj solar.


2. Irte de “shopping”.

¿Quién no siente la tentación de pasear por la avinguda Meritxell -popularmente conocida como “la calle de las compras”- o curiosear por los numerosos y enormes centros comerciales de Andorra la Vella y otros municipios andorranos? Aquí los impuestos son sensiblemente más bajos, por lo que se notará en el precio final de productos de lujo y tipo gourmet, como electrónica, material deportivo de calidad, alcohol de calidad o tabaco, así como joyería o ropa de marca. Vale la pena aprovechar el viaje a Andorra para acercarse a uno de estos templos de las compras, aunque solo sea para pasear.


3. Relax en un balneario.

En Andorra encontraremos una gran multitud de spas, balnearios y centros de wellness con aguas que brotan del subsuelo de este pequeño país enclavado en el corazón de los Pirineos. Sin duda, el balneario más conocido es Caldea, que a su vez, cuenta con cuatro centros termales en su complejo: Termolúdico, para todos los públicos; Likids, solo para niños y niñas; Inúu, exclusivo para adultos; y Orígenes, para viajar con baños exóticos a través de las sensaciones. El balneario de Caldea Andorra es una visita obligatoria en tu escapada a esquiar y un complemento que tu cuerpo agradecerá después de un día intenso dándolo todo en las pistas.


4. Turismo por sus bonitas iglesias románicas.

A los amantes de la historia os interesará saber que Andorra es mucho más que paisajes espectaculares: también alberga una gran cantidad de monumentos de estilo románico que se distribuyen por todo su territorio. Se han conservado bien y han llegado en buen estado a nuestros días gracias a la situación geográfica de Andorra. Hoy es posible visitar más de 40 iglesias y monumentos de entre los siglos VIII y XIII, que se caracterizan por su sencillez y belleza y por su piedra de pizarra. Tres sugerencias: la iglesia de San Climent (Pal), la iglesia de Sant Martí de la Cortinada (Ordino) o la iglesia de San Miguel d’Engolasters (Escaldes-Engordany).


5. Visitar sus pintorescos pueblos de montaña.

Un plan que nunca falla para llenar las tardes del ‘après-ski’ en Andorra es conocer algunos municipios bonitos de la zona. Todos tienen un encanto especial por el simple hecho de estar rodeados de montañas nevadas, pero toma nota de algunos de los más bonitos: Pal, con calles empinadas y estrechas; Llort, un pueblo con mucho encanto y personalidad; Os de Civís que, aunque pertenece a Lleida, solo se puede acceder desde carreteras andorranas; Ordino, conocida como capital cultural de Andorra (hay varios museos); o Les Bons, con un castillo-torre precioso.


6. Patinaje sobre hielo.

 Sin duda, el mejor lugar para probar el patinaje sobre hielo y pasar una tarde divertida es el Palau de Gel o Palacio de Hielo de Andorra, ubicado en Canillo (un sector de la estación de esquí de Grandvalira). Aquí te espera una impresionante pista de 1.800 metros cuadrados donde no solo hay patinaje: el complejo también tiene un restaurante para quedarte a cenar y se ofrecen sesiones de otras actividades como karting, curling, partidos de fútbol, hockey y ballon-balai. Para los que van con ganas de juerga, cuando acaba todo comienza la música de la “disco-gel”.


7. Excursiones por los Pirineos.

Son muchísimas las rutas que podemos hacer por las rutas pirenaicas, algunas solo indicadas para expertos -especialmente en invierno, cuando hay nieve y hielo en los picos-, y otras asequibles para todos los públicos. Una de las rutas más populares de Andorra es la de los Lagos de Tristaina: es circular (no repetirás ningún tramo), está muy bien marcada y tiene una longitud de 4,4 kilómetros que se recorren en unas tres horas a paso tranquilo. Con ella podrás ver tres lagos de alta montaña.


8. Un día en el parque de atracciones de Naturlandia.

Esta propuesta vale la pena para pasar un día entero, antes de ir a las pistas de esquí o cuando volvamos de ellas. Es un parque con atracciones para toda la familia que se distribuyen por un bosque al aire libre de 800 hectáreas. No te pierdas atracciones como el Tobotronc (un tobogán alpino de 5 kilómetros y 400 metros de desnivel) o el Airtrkk (una estructura de madera con 13 metros de altura, obstáculos y tirolina).


9. Descubrir el Santuario de Meritxell.

 Otra propuesta turística para los amantes de la historia y de la arquitectura. Se trata de una basílica menor que se enmarca en la Ruta Mariana y que sufrió un incendio hace medio siglo; por ese motivo, se reconstruyó y hoy tiene un toque bastante moderno. El acceso al santuario es gratuito.


10. ¡Salir de fiesta!

Sabemos que una de las actividades favoritas de los esquiadores en el ‘après-ski’ es tomarse unas copas, bailar, conocer gente, compartir experiencias en las pistas, y quién sabe, quizás hasta ligar. Para los que esquían en Grandvalira, la mejor opción es L’Abarset (en el sector de El Tarter), con programación semanal con artistas y DJ de prestigio internacional, además de servir platos exquisitos; otra opción es el CBBC Costa Rodona de Pas de la Casa, donde degustar buena gastronomía y donde después podemos quedarnos de fiesta hasta bien entrada la madrugada o hasta que el cuerpo aguante.